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miércoles, 27 de mayo de 2009

El genio

Nuestro Invitado:
Antonio Arévalo Cruz


Nacido en Madrid en 1958, siempre ha sido una persona inquieta que no ha dudado en navegar por cualquier campo que signifique arte y creación. Así, ha realizado incursiones en la música, pintura, escultura, y, como no, en la literatura, siempre desde un punto de vista lúdico, buscando tanto la gratificación del público como la suya propia y huyendo de cualquier planteamiento comercial o profesional.

En esta nueva entrega, Antonio Arévalo, continuando en la misma línea de lo publicado hasta ahora, pretende ofrecer a través de pinceladas de humor, misterio e ingenuidad una visión sugerente de la condición humana.
Publicó su obra en Estandarte.com el 30 de abril de 2007.
Fuente: Estandarte.com

Subía por la escalera pausadamente, con precaución, cuando llegara arriba y traspasara la puerta vería reconocido el trabajo de toda su vida. Mientras tanto su mente repasaba con celeridad todo lo acontecido; sí, al final todo había sido fruto de la casualidad pero también es verdad que sin su preparación, sin su experiencia, aquel detalle nimio habría pasado desapercibido, al fin y al cabo también a Fleming la penicilina le cayo del cielo.
Toda su vida había estado buscando, sacrificó relaciones, amigos, familia, todo en pos de ese gran descubrimiento que le haría inmortal en la memoria colectiva de la humanidad, pero terminó apagado y taciturno en ese gran laboratorio de la International Chemical Co. como encargado de la división de Cosmética Facial, allí intercalados en el rutinario trabajo, realizaba pequeños experimentos que siempre quedaban reflejados en su inseparable libreta negra.
Quiso el destino, que decidiera realizar un cultivo de tejidos extraídos de la rata Lula sobre una gelatina en proceso de estudio como regenerador cutáneo. Quiso también que utilizase a la misma rata para inducirle un cáncer cutáneo mediante la aplicación de un asqueroso jarabe de nicotina y alquitrán y por ultimo los juguetones hados hicieron que en un imperdonable descuido, la rata Lula se escapase y diera buena cuenta de la tarrina de gelatina con el cultivo de tejidos.
Fue cuestión de pocos días, y aquel melanoma desapareció como por arte de magia, al principio no estableció la relación, pero gracias a su libreta negra se dio cuenta de que Lula había sido la donante del tejido del cultivo. Todavía no entendía bien como era el proceso exacto que se producía, pero la forma en que se lo explicó al presidente de

- Nuestro cuerpo es como un ordenador y el programa que lo hace funcionar esta escrito en el ADN, si el programa se ve alterado el funcionamiento es incorrecto, surge la enfermedad, así de simple. Lo que he conseguido es sacar una copia de seguridad de ese programa mediante una muestra de tejidos, luego la gelatina actúa como inductora para que las células asuman el programa correcto. Lo teníamos delante y nadie se había dado cuenta, a partir de ahora será suficiente con que cada individuo conserve a buen recaudo una muestra de sus tejidos sanos y estará a salvo no solo del cáncer, sino de cualquier enfermedad.
Y ahora por fin se dirigía a la sala de juntas de la poderosa International Chemical Co. donde esperaba recibir el reconocimiento a su descubrimiento; abrió la puerta con timidez y quedó sorprendido ante lo que encontró, esperaba ver solo al Presidente y los tres Directores Generales, pero allí había siete personas más de las que solo reconoció a una, el presidente de la Pharma. & Chemical Ltd. el más directo rival de su empresa.
- ¡Pase, pase Dr. Cook! Tome asiento, adivino su sorpresa, pero estará conmigo en que la entidad de su descubrimiento requiere una reunión como esta. Hemos discutido seriamente el asunto créame, ante usted tiene una representación de los pesos pesados de la industria farmacéutica mundial, todos hemos estado de acuerdo en la gravedad del echo y hemos tomado estas decisiones por unanimidad.
1º.- Su descubrimiento será debidamente “olvidado”, le sugerimos que nos entregue toda la documentación que posea al respecto.
2º.- Usted será apartado de cualquier trabajo relacionado con el laboratorio, pasará a desempeñar unas cómodas labores administrativas.
3º.- Por supuesto no escamotearemos sus recursos económicos, su esfuerzo lo merece.
Comprenderá que si la enfermedad desaparece, desaparecemos nosotros y con ello miles de puestos de trabajo y la paz social; sobran mas comentarios.
A los dos días una escueta nota daba cuenta en los periódicos del suicidio de un solitario y taciturno doctor, murió ahorcado en su casa, se desconocían los motivos, y aunque eso no lo decía la prensa la libreta negra nunca se encontró.

1 comentario:

Antonio Arévalo Cruz dijo...

Ha sido una agradable sorpresa encontrar publicado aqui este relato y comprobar que ha merecido su atención.
Reciban un saludo desde España.

Antonio Arévalo