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domingo, 22 de noviembre de 2009

“¿Esas campanas doblan por mí?”

Fuente A GRIETAS.

Olimpio Cotillo sigue tañendo con “¿Esas campanas doblan por mí?”

Un texto construido con técnica, estructura y recursos gramaticales simples, que al leerlo provoca preguntarnos “¿Es una novela? ¿Un conjunto de relatos con tintes localistas? ¿Un discurso dislocado, roto, reducido a añicos?” como dice Marcos Yauri en el artículo prologal. Tal vez esa sea la característica principal de la nueva producción narrativa de Félix Olimpio Cotillo Caballero, ¿Esas campanas doblan por mí?, además de evidenciarse como una creación literaria donde la cultura popular se muestra evidente.
Olimpio Cotillo nos presenta esta nueva producción después de habernos entregado “
Cuentos fantásticos con alma humana”, en el primer semestre del 2004; y con desmedida jovialidad desgrana sus palabras para hablarnos de su último trabajo, que tiene en una pregunta el título apropiado.

¿Qué significado guarda su libro “¿Esas campanas doblan por mí?”?
- ¿Esas campanas doblan por mí? Es mi primera novela. Todo el mundo se admira diciendo cómo puede ser una novela si es un conjunto de cuentos; para mí no es así. La obra gira sobre tres ejes; el primero lo económico, porque todo el mundo quiere ser rico, quiere ser potentado, quiere ser respetado, pero porque maneja dinero más no por su intelectualidad ni su moral. El segundo es la tenencia de la tierra en el Perú que llega hasta la actual situación del agro. Y el tercer eje es lo romántico, puesto que la principal protagonista de todo es María Candelaria, hacendada y patrona.

¿Cuánto de realidad hay en su trabajo?
- De real debe haber un 20%; el 80% es ficción.

¿Acaso el título es una premonición?
- No. Como decía, se trata de María Candelaria, ella es una mujer muy elegante, muy hermosa; sufre la decepción y la muerte de su esposo, para posteriormente sufrir nuevamente la decepción terrible de un falso médico y, finalmente, queda ella en la peor miseria, le quitan la hacienda, le quitan todo, se vuelve loca, pierde la razón; así, una noche se va sin destino junto al río, hace una covacha de ramas, y allí se pone a discutir con ella misma. Su personalidad se desdobló en dos, María y Candelaria. En uno de los pasajes de su discusión Candelaria escucha el tañido de las campanas y pregunta a María ¿Esas campanas doblan por mí? Al no escuchar respuesta termina por zambullirse a las turbulentas aguas del río. De premonición, no hay nada.

En su criterio de autor y creador ¿Cuáles son las influencias que marcan su trabajo?
- Hay un poco Kafka y Camilo José Cela, conforme dice Marcos Yauri.

¿Cómo se origina esta novela?
- Cuando tenía trece años de edad y estaba primer año de secundaria, dejé el colegio; entonces empecé a garabatear con la cólera de no poder estudiar por falta de dinero. Pensé en escribir una novela a la que titularía Maldito dinero. Esas primaras páginas estuvieron guardados muchos años, hasta cuando decidí terminarlo en los momentos que me daba después que cesé de mi trabajo como docente. Después, dije si siempre se llamaría Maldito dinero y, para que no se parezca a otros autores y sus títulos, opté por ¿Esas campanas doblan por mí? Justamente en mérito a las palabras de María Candelaria cuando termina loca.

Por qué se debería leer ¿Esas campanas doblan por mí?
- Primero porque es un testimonio; segundo, porque se debe conocer nuestro destino, nuestra trascendencia y nuestros primeros pasos; porque la juventud no conoce lo que se ha vivido antes.

¿Por qué escribe Ud.?
- Hay una vena interior que me motiva hacerlo.

¿Para qué escribe?
- Para dejar un testimonio para las futuras generaciones.

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