Por Armando Alvarado Balarezo (Nalo)
Estoy aquí como siempre, de lunes a viernes, sentado en una banca junto a la tienda de tía Dolorita saboreando una raspadilla arco iris, mientras el sol del mediodía dora mi rostro capulí. Falta poco para que pasen suspirando por un adoquín.Ya escucho sus pasos, son las musas del colegio Santa Rosa. Levanto la mirada y sus ojos con sus reflejos hacen pestañear al sol. Ellas son más bellas que las estrellas y vienen como olas azules por el jirón Comercio. Poco a poco se asoman, caminan de dos en dos, no llevan banderolas, solo libros y pétalos de amapolas.
Ya pasan, no digo nada, prefiero contemplarlas en silencio. A mi lado mis amigos del Tercero endulzan sus sentidos con caramelos de leche y marrones 'monterricos'. Está muy cerca mi princesa, viene como imagen de procesión, pausada y altiva, mirando Capillapunta; y sin que lo note, le tomo una fotografía con mis retinas. Ojalá no se vele o la tendré que dibujar.
Y así van pasando las musas, exsudando conocimiento sobre anatomía, artes manuales y geografía; pronto llegará la noche y revelaré la imagen de mi amada en mi almohada y dormiré con ella, envuelto en la pasión que mi pequeño corazón inflama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario