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sábado, 30 de julio de 2011

Huarás en su literatura

Escribo para el futuro 
Por: Daniel Gonzales Rosales 
Fuente: http://danielgonzales.blogia.com/Este Portal muestra la literatura ancashina actual. Sobre todo a las nuevas generaciones de narradores y poetas de la sierra de este nuestro Perú
Autor de un inquietante volumen narrativo, “Algunas mentiras y otros cuentos” (2005), el joven narrador ancashino, Daniel Gonzales Rosales (Huaraz, 1976), acaba de entregar la segunda edición de este libro cuyo primer tiraje se agotó rápidamente en su entorno. Su visión acerca del actual proceso de la narrativa regional, es importante en este momento.
En el 2005 publicaste el volumen de cuentos “Algunas mentiras y otros cuentos”. Este año apareció una segunda edición. ¿Esta nueva versión trae cambios?
Esta edición trae correcciones y un leve ajuste en el discurso de algunos cuentos. Ocurre que por el ímpetu y la oportunidad, el 2005 los mandé al editor sin ajustar mucho el discurso. Ahora tuve la oportunidad de ajustar el cuento “Tarde”, por ejemplo, que me parece que tenía más problemas. Luego saqué algunos queísmos en el cuento “Nuestras noches falsas”. Y uno que otro diálogo fue corregido para hacer más ágiles las historias
Si la primera versión es del 2005 y esta última del 2008, ¿se podría decir que la temática e inquietudes de donde parten estos cuentos aún están presentes en ti?
Creo que sí. Estos cuentos los diseñé a base de recuerdos y vivencias desde el colegio hasta el final de mi vida universitaria. Y traen como tema principal a la mujer, claro que con mi visión particular, porque muestro a una mujer que busca independizarse, y lo hace, es infiel si lo quiere y elige lo que desea. Es pues la Eva de nuestros tiempos.
Se podría decir, entonces, que es una suerte de libro “de juventud”. ¿Sientes que has madurado? ¿Qué temas trabajas actualmente?
Son textos que pertenecen a una etapa muy buena, porque quise hacer algo diferente, que revolucionara la narrativa en Huaraz, con aspiraciones mayores. Y creo que lo conseguí pues luego han venido nuevos autores que también están teniendo renombre en nuestra literatura. “Algunas mentiras y otros cuentos” es un libro que quiero mucho porque fue mi centro de experimento, ahora me alejo un poco de la temática erótica para centrarme en el sujeto migrante; o sea, me distraigo un poco pero pienso volver al tema de la mujer que es algo más grande, pues la mujer me apasiona como tema, pienso que se puede decir mucho de ella tratando de entenderla y comprenderla, cosa que creo no se ha hecho en el Perú.
Cuando dices “que revolucionara la narrativa en Huaraz”, ¿a qué te refieres exactamente?
Ocurre que, como en todos lados, hay íconos, y en Ancash solo se hablaba de tres autores: Carlos E. Zavaleta, Óscar Colchado, Marcos Yauri... y por ahí iba entrando Macedonio Villafán. Luego no se hablaba de nadie, salvo de Ítalo Morales en Chimbote... pero por esta zona, nada. Quise que mi voz cambiara esa realidad, aunque no pensé que luego vendrían otras, pues creo que al ver mi libro otros narradores se animaron a publicar; me refiero a Eber Zorrilla y Edgar Norabuena, quienes, no obstante, tienen un discurso diferente al mío. Sin embargo, ahora sí se puede hablar de la nueva narrativa de la sierra ancashina.
Has dicho algo interesante, que te diferencias de ellos por el discurso. ¿A qué atribuyes esta diferencia?: ¿a otras lecturas, a un origen distinto, a otros objetivos frente a la literatura?
Son muchas cosas. Ellos tienen otro origen, son de la sierra como yo, pero provienen de un mundo en que lo rural es determinante. Y yo soy de la pequeña ciudad, pero también de la gran urbe, pues viví algunos años en Lima. Si lo que busca el escritor es mostrar su realidad, entonces nuestras realidades son distintas. Por otra parte, ellos (Norabuena y Zorrilla) quieren formar parte de la tradición de narradores como Colchado, Cronwell Jara, Dante Castro, etc., por eso escriben como ellos. Yo pretendo no ser de ninguna pero se nota mis influencias, pretendo hablar del migrante, de esta sierra que no solo es campo y mitos. Si lo piensas, en Ancash, Zavaleta y Yauri son los únicos que hablan de la sierra urbana, pero lo que dicen quedó en su tiempo. Ahora hay que mostrar la sierra del siglo XXI, la que no está desvinculada de los adelantos, como Internet por ejemplo. En suma, distintas lecturas, distintas aspiraciones, distintas generaciones y visiones del mundo... Yo escribo para el futuro.
Fuente: http://lasfugasdelornitorrinco.blogspot.com/2008/06/daniel-gonzales-rosales.html
30/07/2008 17:36 Daniel Gonzales Rosales Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.

viernes, 1 de julio de 2011

Versos en Prosa para Milgycha

PRÓLOGO
Julio Olivera nos entrega los Versos en Prosa para Milgycha. El trascurrir de su poemario nos revela palmo a palmo el cuerpo y el espíritu de Milgycha, la Venus de Callampampa, cuya síntesis se entiende en la belleza primaveral sobre la arena de Pisco con la desnudez diáfana de quien se nutre de Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni.
En Milgycha se condensan el influjo íbero y andino que la convierten en un ser sin igual y el poeta, en la voz del amado amante, la contempla absorto desde esa mirada bifocal. Es así que Milgycha resulta la Venus de Botticelli que entrega su virginidad solo en el lecho nupcial y siendo esa Venus occidental sus senos cual magnolias emanan tonalidades canela y el destello de la quinua.
La conoce el amado con cada sentido, lo demuestra cuando nos describe la espiritualidad sensual y seductora a través de un poeta que escucha los suspiros, la maravilla sonora de la risa, los musicales silencios y el laúd de su voz: “tu voz vehemente/ sobrecargada de sensualidad/ parecía estremecer y avasallar/a tu anonadado interlocutor”. El yo-poético mira en las manos de la amada a dos palomas dormidas y en las formas de su cuerpo una arquitectura perfecta.
Pero, el amado no sólo oye y mira, toca y se deja tocar cuando “como una guirnalda de trinitarias/ tu cuerpo se arrullaba al mío” y siente entonces los “pies traviesos y juguetones/ y más ágiles que una libélula/ y más tersos que una flor”. Y el aroma de Milgycha está presente en el olfato del amado; para él, ella es “un ramo de violetas, / la esencia de un perfume” cotidiano.
Sus papilas la han gustado por ello afirma “había también en tu piel, / fresca, suave y sedosa/un sabor de agua de cordillera”. Y fue la cordillera quien enseño a Milgycha a amar, a darse en el altar del mutualismo; por ello, absorto el amado recuerda: “y para deslumbrarme con el tesoro/ de tus caricias primaverales”.
Las caricias primaverales se perfeccionaron perpetuamente al compartir el tiempo bajo el mismo techo, como en la casa de Cabana que la amada transformó en un museo por el buen gusto de sus detalles. Donde vivieron, ella lo adornaba todo con el encanto de su aroma oculto en las flores del campo y la sinfonía lírica de su risa…
Ahora, Milgycha ruega por nosotros mientras el poeta nos acerca al deslumbrarte ser de la mujer amada que ama a quien el ama.
Bertha Consuelo Navarro Navarro
Universidad Complutence de Madrid