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domingo, 29 de agosto de 2010

Voces de nuestro pasado

Etnohistoria. Libro reflexiona sobre racionalidad andina
Tomó como modelo al pueblo huarino (Huari, Áncash), que estuvo siempre marcando el sentimiento de identidad y amor por la tradición cultural, y que mantuvo la lucha de los mitos y leyendas del mundo andino con el occidental.
 elperuano.pe Domingo, 29 de agosto de 2010 
Dimas Arrieta
Estudioso recurre a tradición oral de Huaraz y a rezagos del idioma culle. Señala que nuestros problemas actuales son por rupturas culturales. Escritor busca revalorar identidad nacional desde el interior de nuestras culturas originarias.
Acaba de aparecer Asheke, el migrante, Fondo Editorial Cultura Peruana (2010), de Alberto Córdova. El autor es un psicólogo que a partir de sus propias experiencias y su amor a los discursos de tradición oral propone una reflexión sobre la racionalidad andina.
¿Cómo nace el proyecto de Asheke, el migrante?
–Nace a partir de entender que la psicología peruana está impregnada por pensamientos globalizados y muy occidentales, pues esas ideas y teorías pertenecen a otros presupuestos culturales totalmente alejados de nuestra realidad espiritual. Entonces, había que situarnos dentro de una racionalidad andina y buscar un panorama científico para el rescate de las tradiciones culturales de nuestros pueblos y difundirlas porque son parte de nuestra identidad cultural.
Vemos varios discursos: testimonial, relatos, monólogos, entre otros, ¿acaso lo diseñó así o la necesidad del libro lo requirió?
–El intento es generar un estilo propio en la narración con la investigación cualitativa de la ciencia psicológica, buscando construir una etnopsicología en el país. La meta es explicar muchos problemas actuales que el país está enfrentando, producto del rompimiento de culturas como consecuencia de la conspiración de la posmodernidad. Hay una necesidad de deslinde y de fortalecer nuestro autoestima, pero buscando los epicentros desde la interioridad de nuestras culturas.
Nos parece que Asheke es una voz de la lengua culle. ¿Está registrando un idioma ya extinguido?
–Se trata de buscar una explicación al comportamiento andino. Se escarba el pasado de la cosmovisión andina con una percepción occidental para salvaguardar los contenidos históricos de la posmodernidad, que asecha al mundo andino. Por supuesto, al registrar la tradición sobresalen las voces de idiomas que creemos ya extinguidos, como el culle, que se habló en todo el territorio de las sierras norteñas. No olvidemos que la tradición es tradición lingüística o viceversa.
Hay memoria colectiva, tradición oral en la que encontramos otra racionalidad distinta y diferente a la occidental.
–Buscamos en el grupo migrante una nueva cosmovisión acerca de la realidad social, revalorando el amor a la tierra como patria chica y grande. Tomó como modelo al pueblo huarino (Huari, Áncash), que estuvo siempre marcando el sentimiento de identidad y amor por la tradición cultural, y que mantuvo la lucha de los mitos y leyendas del mundo andino con el occidental.

jueves, 26 de agosto de 2010

Muñecas de Vestido Azul nuevo Poemario de Julio R. Olivera Ore.

Otra vez el académico, poeta y escritor Julio R. Olivera Ore nos deleita con sus florilegios, esta oportunidad es con el poemario Muñecas de Vestido Azul que será presentado en Perú, en el Club de la Unión el día 30 de octubre de este año, en las festividades de las Bodas de Plata de ATENEO ANDINO


miércoles, 18 de agosto de 2010

Sensible fallecimiento de nuestro querido paisano, el eximio poeta Livio Gómez Fores, en tacna

Fuente: 

CHIQUIÁN QUERIDO / Blog de Armando Alvarado Balarezo (Nalo)



T.A.C.N.A
Agosto 17, 2010 | Director: Rubén Mamani Flores 
TACNA "El dolor muerde su propia lágrima cuando muere un ser querido". Son los versos del poema "Elegía mínima", escrito por Livio Gómez Flores, los cuales describen hoy la tristeza que la población tacneña siente por su lamentable y sorpresivo deceso.
El destacado poeta, catedrático y académico correspondiente de la Academia Peruana de la Lengua, falleció ayer a las 7:30 horas víctima de un paro cardiaco en el hospital III Daniel Alcides Carrión de la Red Asistencial de EsSalud Tacna. La esposa de Gómez, Luisa Valente, con quien hace 40 años compartía su vida, indicó que su fallecimiento fue repentino, debido a que no presentaba problemas de salud, excepto una hipertensión que era controlada.

A los 77 años de edad, Gómez deja 14 obras inéditas. Su última publicación fue el poemario 
Selección arbitraria, presentado en mayo pasado. Su dedicación a la poesía fue destacada por su esposa, quien señaló que escribía todo el tiempo y es por ello que tenía previsto publicar un nuevo libro con el apoyo de una universidad de Lima.

(Livio Gómez) será recordado como un hombre trabajador, dedicado a sus poemas y preocupado por la cultura y por aconsejar a los jóvenes que recurrían a él, señaló con profunda tristeza Luisa Valente al recordar a su esposo y padre de sus dos hijos, Ximena y Fernando.

Los restos del escritor, natural de Ancash pero que desde los años 70 residía en Tacna, son velados en su vivienda, ubicada en la calle Ramón Copaja Nº 183.
.
CIELO AZUL

30 de agosto en soledad,
con el ala rota una vez más,
horizonte incierto, cielo azul,
fuegos artificiales, Salva fugaz,
vuelve la noche, con su negro tul.
.
Toca la banda, hasta el amanecer
por las callecitas, del viejo hogar,
horizonte incierto, cielo azul,
ausencia triste, lejana estás,
sueño distante, coplas de ayer.
.
Tardecita fría, de paisaje gris,
ya mi alma mira, desde el dintel;
en nocturno cielo, la quena llora,
y junto a ella, la guitarra implora
porque un corazón, dejó de latir.
.
Nalo A.B

Livio Gómez Flores
Livio Gómez y Yehude Collas
Livio Gómez y Víctor Hugo Alvítez
En mayo del 2009, con Yehude Collas Berrú, asistimos en un evento cultural en la ciudad de Tacna, allí también estuvo el reconocido Poeta ancashino, afincado en la Heroica Ciudad, maestro universitario, académico correspondiente de la Academia Peruana de la Lengua: quien nos invitó visitar su casa, conversar largamente demostrando su nostalgia por el lar ancashino y la posibilidad de volver a radicar en Chimbote por razones de su salud, anhelo que no se concretó.
Ayer, 16 de agosto, falleció Livio Gómez, llevando con su tenue sonrisa la satisfacción de la vida y su compromiso con la Poesía. Áncash, Tacna, el Perú, están de duelo.

Victor Hugo Alvítez Moncada
LIVIO GÓMEZ / Poeta, descansa en Paz

jueves, 12 de agosto de 2010

Descubren tumba de adolescente de élite Sipán en complejo Huaca Rajada

Tendría 1,600 años de antigüedad, 200 más que el Señor de Sipán
    Se halló botella escultórica con representación de maní, que para moches simboliza la vida después de la muerte
    Entierro de personaje adolescente de la élite Sipán. En el centro se observa corona de cobre con rosto humano y al costado restos óseos de camélido. Foto: ANDINA / Silvia Depaz.
  • Entierro de personaje adolescente de la élite Sipán. En el centro se observa corona de cobre con rosto humano y al costado restos óseos de camélido. Foto: ANDINA / Silvia Depaz.
  • Chiclayo, ago. 12 (ANDINA). Un adolescente de la élite Sipán, sepultado en un ataúd de caña hace 1,600 años a sólo doce metros de distancia de la tumba del famoso jerarca moche hallado en 1987 que maravilló al mundo, fue descubierto por arqueólogos de la Unidad Ejecutora Nº 111: Naylamp-Lambayeque.
    El director del Proyecto Arqueológico Huaca Rajada-Sipán, Luis Chero Zurita, informó que hace una semana se halló al personaje de sexo masculino que tendría entre 14 y 15 años, y una estatura aproximada de 1.35 metros.
    Mencionó que el ataúd de 1.45 metros de largo por medio metro de ancho, contenía los restos del menor al cual le colocaron dos cuencos de color negro -uno en el lado derecho y el otro en el izquierdo-, una botella escultórica de asa estribo y reborde con representación de maní a la altura de los pies.
    “Esta vasija escultórica de maní es una cerámica particular, no hay otra cerámica de esa naturaleza encontrada a lo largo de los 23 años de trabajo en la zona, salvo en metal, que es el collar que tiene el Señor de Sipán”, destacó.
    Refirió que esa cerámica podría denotar que este personaje consolida la idea de que ellos van a vivir después de la muerte. “El maní tiene esa característica: ingresa a la tierra y vuelve a germinar. Significa que la vida después de la muerte va a continuar”, explicó en declaraciones a la agencia Andina.
    Además se le halló un canchero al lado derecho y una corona de cobre con la representación de un rostro humano. Igualmente se depositaron como ofrendas restos óseos de camélido (cabeza y parte del tórax).
    Precisó que el hallazgo se encontró a un metro de profundidad y pertenecería al Siglo IV después de Cristo.
    El investigador puntualizó que el individuo sería 200 años más antiguo que el Señor de Sipán.
    “El haberse hallado una corona de cobre a la altura del tórax, le daría una posición privilegiada en la sociedad moche”, afirmó.
    Agregó que este personaje podría corresponder al acompañante de un individuo de mayor rango político-social dentro de la sociedad Mochica aún por descubrir en esta zona. "Pero también existe la posibilidad que la tumba le pertenezca, pues carece de la característica principal de los guardianes: pies mutilados”, comentó.
    Chero informó que en los próximos días el antropólogo físico Mario Millones podrá definir la edad, el sexo, patologías (enfermedades) y causas probables de la muerte del personaje hallado. “El especialista in situ analiza con el instrumental que tiene y va limpiando despacio la pelvis y va viendo las características que tenga ésta”, adelantó.

    Más importante

    Por su parte, el director del Museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva, destacó que esta tumba es la número 16 descubierta en la plataforma funeraria de Sipán.
    “El hallazgo de esta tumba es de gran importancia porque nos ayuda a conocer toda la secuencia de entierros de la élite Mochica. Ésta corresponde a una fase media de todo el santuario Sipán. Aparentemente se podría tratar del entierro que marque el preámbulo de otro entierro más importante ubicado más abajo”, advirtió.
    Asimismo, destacó el hallazgo, junto al entierro, de una vasija con la representación escultórica de un fruto de maní.
    “Este símbolo es importante porque el fruto de maní aparece en el contexto de los collares del Señor de Sipán y de la tumba saqueada. También hay unos ornamentos de cobre: una corona que tiene un apreciable tamaño con dos bandas laterales que se asocian y se parecen al entierro de la tumba Nº 14 del sacerdote guerrero. Hasta el momento no existen armas, lo que nos puede indicar que estaríamos -quizás- frente a un personaje asociado a los rituales, es decir, a personajes de función estrictamente religiosa”, explicó.
    Precisó que el entierro del personaje adolescente se “salvó milagrosamente” del saqueo porque a ambos extremos, es decir al lado norte y sur, se observan las evidencias de perforaciones de los saqueadores que afectaron el monumento antes de su intervención (previa a 1987).
    “Se trata de un personaje allegado o asistente religioso de la (élite Sipán). Un personaje que se manejaba en el entorno de la nobleza Mochica que pertenecería al siglo IV de nuestra era”, subrayó.
    Por su parte, Celso Sialer, director ejecutivo de la Unidad Ejecutora Nº 111, indicó que las labores en el complejo arqueológico de Sipán se iniciaron en mayo pasado como parte de la temporada de investigaciones 2010 en esta zona.
    “Desde mayo a la fecha se han generado más de 6,000 jornales, en los cuales laboran 60 0breros, ocho arqueólogos y seis técnicos; beneficiando a la comunidad que vive cerca del importante monumento arqueológico de Lambayeque", refirió.
    Puntualizó que para esta temporada se tiene programado invertir más de 460,000 nuevos soles en investigaciones arqueológicas en Huaca Rajada-Sipán, esperando que el próximo año el Ministerio de Economía y Finanzas destine un mayor presupuesto para fortalecer la labor de los arqueólogos en los diversos frentes de investigación que existen en Lambayeque y ampliar su intervención en otros monumentos.
    “Se busca develar al Perú y al mundo la majestuosidad de nuestras culturas prehispánicas. Con apoyo del Gobierno tenemos la gran posibilidad de realizar un trabajo sostenible y entregar al país y al mundo importantes hallazgos”, finalizó. 
    (FIN) SDC/JOT

martes, 10 de agosto de 2010

Armando Robles Godoy y su última entrevista para la revista Somos

A los 82 años, el reconocido cineasta nacional le anunció a la revista del diario El Comercio su retiro definitivo del cine. El director de “La Muralla Verde” falleció hoy a los 87 años

elcomercio.pe  Martes 10 de agosto de 2010

Por Óscar García.
Iconoclasta, corrosivo, siempre lúcido, a sus 82 años, Armando Robles Godoy acaba de anunciar su retiro definitivo del cine. Y mientras se organizan retrospectivas de su filmografía, su filme “La muralla verde” (1970), ha sido elegido por la revista Godard! como la mejor película peruana de todos los tiempos. Ocasión perfecta para conversar con él.
¿Por qué no se ha estrenado Imposible Amor, su última película? [NdR: El filme solo fue proyectado en el VII Encuentro Latinoamericano de Cine, 2003]
Porque no hay una dimensión cinematográfica en el país y estamos sometidos al monopolio. Argentina o Brasil tienen una ley de protección del cine nacional contra este monopolio de facto. Porca Vida, una película de Juan Carlos Torrico, ex alumno mío, estuvo en cartelera solo un día, y fue un día en el que la selección peruana jugaba contra no sé quién. Eso no lo hacen ni con la peor basura de Hollywood, al contrario, tratan de mantenerla el mayor tiempo posible. Eso se arregla con una legislación.
Se habló de un problema con Conacine: el premio que ganó era para hacer una película en celuloide, pero usted prefirió hacer la primera película digital.
No pues, es como si me castigaran por empeñarme en ir en auto, en lugar de ir a caballo. La tecnología del negativo ya es historia. No digo que el sistema tradicional sea malo, pero gracias al digital ahora hay más gente que hace cine. Es una revolución.
Por eso cada vez se estrenan más películas peruanas…
Sí. Pero cada una da más vergüenza que la otra. Para mí, el día que se estrena una película peruana es un día de fiesta, y después de verla es un día de duelo. Y eso que yo he hecho mucho por el cine peruano. He dedicado demasiado tiempo a conseguir apoyo y leyes para la cinematografía peruana.
Incluso sus peores críticos, como los de la recordada revista Hablemos de Cine, le reconocen haber peleado esas leyes.
Es como si me reconocieran que mido un metro noventa. Fueron batallas terribles, pero me han satisfecho mucho. Cada vez que una película peruana tiene éxito, aunque la película no me guste, me divido en dos: como realizador sé que es una cagada, pero como peruano digo “qué bestial”. Parece un poco esquizofrénico, y lo es.
Se dice que el cineasta peruano nunca hace la película que quiere, sino la que puede…
En mi caso siempre he hecho la película que he querido.
¿Pero le salía como quería?
Bueno, nunca. Ni siquiera cuando escribo. A mí nada me sale como quiero, hijo. Siempre me sale un diez por ciento.
Usted siempre ha calificado la crítica como la eyaculación precoz… de la función intelectual (risas).
¿No es irónico entonces que un grupo de críticos haya elegido “La muralla verde” como la mejor película peruana?
Quizá eso también es una eyaculación precoz (ríe). Bueno, yo siempre me he llevado bien con los jóvenes, creo que les caigo bien a los muchachos que siempre son iconoclastas, y está muy bien que lo sean. Y esto que me dices es fruto de un momento en el cual la crítica no ha estado monopolizada por un conjunto de vacas sagradas, sino que de repente ha entrado una vena de juventud. Sin que eso signifique que por provenir de un joven, toda crítica deba ser aceptada. No, la estupidez es patrimonio de la Humanidad, no es monopolio de una edad.
“La muralla verde” fue destrozada por la crítica en su tiempo.
No le fue mal, fue un éxito afuera. Solo fue un fracaso para los críticos peruanos.
¿Cómo lidió con esas críticas?
Lo que pasa es que yo soy sadomasoquista. La primera vez que leí una crítica positiva de una película mía, me sentí muy mal. Me dije: “si le ha gustado, debe ser que es una porquería” (risas). No te voy a engañar diciéndote que me hacen feliz las críticas, pero sí me da cierta satisfacción comprobar que estoy contra la corriente. Pero eso no me dura ni par de días, porque al rato se impone el conocimiento que tengo de que aquí en el Perú la crítica no significa nada. Que a un crítico no le guste una película no significa nada.
Decían que todo era puro autobombo. Que no había constancia de que “La muralla verde” hubiera ganado premios en el Festival de Chicago.
(Robles ríe y se pone de pie. “Ven”. Nos invita a pasar a su estudio. Apiñados sobre una repisa, descansan los tres trofeos Hugo de Oro del Festival de Chicago) 
Con “La muralla verde” saqué premio a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor de Reparto y Mejor Fotografía. También tengo muchos premios literarios. Pero el premio que más me interesó, porque creo que fue decisivo para la promulgación de la ley de cine, fue el que gané en el Festival de Moscú con En la Selva no hay Estrellas. Era la primera película peruana que se hacía con un nivel técnico aceptable. Creo que eso le puso los pantalones largos al cine.
¿Hay alguna copia de “La muralla verde” en el país?
Está en video. Bueno, yo tengo una copia en película de 16mm que no está mal. Lo malo es que ese sistema tradicional envejece muy mal. Entonces esa copia, que es la única que queda, ni siquiera la quiero tocar. Es terrible eso de no ser dueño de tus películas, porque yo nunca he sido productor, salvo en “La muralla verde”. Quizá lo mejor sería pasarla a DVD. A La Muralla… no le fue mal en público. Lo sé porque yo era productor.
¿Cómo nació ese proyecto?
Yo tenía fresca mi experiencia como colono en la selva, y había escrito una novela que se llamaba “La muralla verde”. Fue un año de rodaje interrumpido por tramos. Yo quería que Anthony Quinn actuara. Ahí tengo la carta que me mandó diciendo que no podía. Muy linda. Conseguimos a Julio Aleman, un profesional impecable. Recuerdo una escena en la que tenía que meterse al río y estaba asustado. Carajo, tuve que calatearme y meterme yo, para convencerlo. Pero lo hizo muy bien. Yo me sentía muy cómodo porque reproducía una cosa que yo ya conocía. La Muralla habrá costado 120 mil dólares, lo que ahora te cuesta un comercial de un minuto. En comparación, a niveles internacionales, una película de razonable calidad técnica, no baja de los 500 mil dólares. Todos hablan de una película que es la más barata de la historia. Una mexicana …
¿El Mariachi?
Sí, creo que sí. Dicen que costó siete mil dólares. “Sonata Soledad” nos costó cinco mil dólares. Y yo la presentaría tranquilamente en cualquier lado.
La noche del homenaje a su carrera en el Centro Cultural de España, sorprendió a todos con el anuncio de su retiro definitivo del cine. ¿A qué se debe esa decisión?
Bueno, a mí siempre me han dicho que soy una persona patológicamente lógica. Tengo 82 años y, de acuerdo a las estadísticas humanas, en el mejor de los casos me quedan ocho o diez de años útiles de vida. Eso no quiere decir que de repente no viva un poco más, ya como viejo cojudo quizás (risas). Pero ocho o diez años no me alcanzan ni siquiera para tratar de hacer una película en el medio. Tal vez en otro país podría decir con tranquilidad “me queda tiempo para hacer cuatro o cinco películas más”. En este momento, aquí, apenas podría tratar de hacer una. Pero yo tengo otra vena creativa que es la literatura, que en mí es previa al cine y me ha dado muchas satisfacciones también. Hace poco he publicado un nuevo libro “Un hombre flaco bajo la lluvia”.
Tiene cuarenta años como cineasta pero solo ha hecho seis películas…
Sí, más o menos. Unas seis películas, más unos 25 cortos y mediometrajes y una telenovela de 100 capítulos que hice en Colombia.
¿Por qué se demora tanto un cineasta peruano en hacer una película?
Por dos razones, la primera es que aquí no hay tradición cinematográfica. Hay talentos, lo sé porque he sido profesor de cine durante muchos años, pero se malogran por la terrible dificultad que significa hacer cine. Y la otra dificultad es que la misma realización cinematográfica del cineasta es muy episódica y eventual, y si no tienes una continuidad creativa no te perfeccionas. La continuidad es esencial. Haces una película y ni bien la terminas ya sabes cómo no va a ser la otra (risas). Es muy difícil. Mi lógica llega a tal extremo que si alguien viene ahora y me dice te doy medio millón de dólares, como me ocurrió con Espejismo, lo pensaría dos veces. Hacer una película te consume el poco tiempo de vida que te queda.
“Un Drama de Dimensiones Trágicas”
El crítico de cine Sebastián Pimentel, director de la revista Godard!, sustenta la reciente selección de “La muralla verde” como mejor filme peruano 
“La Muralla Verde es la compleja articulación de un lenguaje fílmico muy original, partiendo de un argumento sencillo donde no hay ninguna intriga policial, como en la mayoría del cine peruano. Para el protagonista, Lima está enferma y por eso decide irse a la tierra virgen. Sin embargo fracasa, lo que contribuye a una notable representación del drama nacional: es suyo el conflicto del hombre que no se encuentra en su propio país y que se la juega por este espacio inexplorado que no le pertenece y que, a su vez, tiene un espíritu secreto que solo se escuchará, que solo se mirará al final de la aventura. Se trata de un drama de dimensiones trágicas, que convierte a un personaje vigoroso -ajeno a la pusilánime resignación que caracteriza a los limeños- en el más frágil de todos los mortales.
“La muralla verde” muestra los esfuerzos de un hombre por ser feliz en una nación quebrada, imposible, y que todavía tenemos que “mirar” con detenimiento, más allá de las costumbres políticas que impone nuestro subdesarrollo. Con esta película, Robles toca las dimensiones más profundas y universales de la vida, y por eso es que sus imágenes tienen ese poder de conmoción inédito en nuestra filmografía”.
Descargue los PDF de la entrevista aquí: Robles de Acero, Robles de Acero,Robles de Acero
Vea extractos de dos películas de Armando Robles Godoy: “Espejismo”& e“Imposible Amor”&.

domingo, 1 de agosto de 2010

La guerra y la memoria

PUBLICACIÓN
Renzo Babilonia es fotógrafo de profesión, pero su interés en la historia de las imágenes y su uso como instrumentos para diseñar una identidad nacional lo han llevado a la investigación de archivos, manuscritos, hipótesis y testimonios.
elcomercio.pe  Domingo 1 de Agosto del 2010
Por: Camilo Torres
Hoy domingo en la Feria Internacional del Libro se presenta un volumen con imágenes y voces del pasado rescatadas por el fotógrafo profesional e historiador autodidacta Renzo Babilonia Fernández Baca. Fotos, grabados, carboncillos, cartas y otros documentos forman “Recuerdos de una guerra. Fotografías, ilustraciones y correspondencia personal en torno a la Guerra del Pacífico”, obra dividida en dos partes: una dedicada a las representaciones públicas y otra a los testimonios privados. “No es un libro antichileno”, declara Renzo. “En las imágenes que aquí ofrecemos, publicadas en los años siguientes a la guerra, podemos apreciar distintas visiones de un mismo hecho, como la respuesta de Bolognesi, la muerte de Alfonso Ugarte y el fusilamiento de Leoncio Prado”.
Desde lo cotidiano
Las ilustraciones reproducidas en la primera parte del libro aparecieron originalmente entre 1894 y 1930, es decir, durante el período en el que se formó el recuerdo que el Perú tiene de la guerra, la derrota y la reconstrucción de la nación. Historiadores y científicos sociales, estudiosos de la comunicación y el público en general agradecerán esta recopilación de imágenes y textos en la que apreciamos cómo se definió la memoria que hoy tenemos de un período tan importante de nuestra historia.
La segunda parte del libro propone un recuento del mismo acontecimiento pero desde un ángulo completamente distinto: a través de los testimonios de la intimidad de sus protagonistas. Resulta fascinante, por ejemplo, leer correspondencia privada que solo hoy sale a luz y que pone de manifiesto la dimensión humana de los hombres que son símbolos nacionales y a quienes por lo general solo vemos en el marco del discurso oficial.
Las cartas de Grau
Entre este rico material destacan doce cartas que Miguel Grau le envió a su cercano amigo el capitán Ezequiel Otoya y que la familia Wiese Otoya cuidó a lo largo de cinco generaciones. En ellas apreciamos rasgos de la persona que las versiones tradicionales no alcanzan a transmitir: su amor por su familia, la amistad forjada en el calor de la batalla, la cortesía y el cariño que se muestran en detalles domésticos, como el envío de dos barriletes de aceitunas o la noticia de que su esposa, Dolores, “desembarazó sin novedad, antes de ayer a las tres de la tarde, dando a luz otro varoncito”. También leemos de puño y letra del almirante sus discrepancias con la forma en que se conduce la guerra y sus diferencias con colegas como el capitán de La Unión, Aurelio García y García, y lo escuchamos deplorar la tarea de intrigantes y envidiosos.
La última carta
Sin duda el documento más dramático es la última carta de Grau, con fecha del 28 de setiembre de 1879. En ella le confía a Otoya su desaprobación de la estrategia peruana: “Todavía ignoramos cuál será el nuevo plan de campaña que adopte Chile con toda su escuadra ya reparada. Hasta que no se conozca algo de esto, no me parece prudente iniciar con este buque una nueva excursión”. Esta lucidez premonitoria, propia de una tragedia griega, no impidió que el Caballero de los Mares marchara hacia el sur, hacia Angamos y la apoteosis. “Grau es el único héroe a quien admiramos más después de leer sus cartas privadas”, afirma Renzo Babilonia. El destinatario de esta carta es el capitán Ezequiel Otoya, “un héroe olvidado”, en opinión del investigador.
El amigo valiente
Amigo íntimo de Grau y, al inicio de la guerra, segundo al mando del Huáscar, Otoya fue designado a otro puesto de servicio y entre sus documentos se encuentra una carta que Melitón Carvajal le envió luego de la jornada del 8 de octubre. En otra carta, notable por su dramatismo, el capitán Otoya le cuenta a su esposa Rosa una incursión en la que el monitor derrota a la nave chilena Matías Cousiño y se enfrenta a una corbeta enemiga con la que se bate “tanto a cañón como a tiros de rifle”. “Ya te puedes figurar”, le escribe Otoya a su esposa, “la empresa tan atrevida de nuestra expedición”. Más tarde a este marino se le encargó una misión muy singular: en 1879 supervisó en Paita las pruebas de un arma secreta llamada “Toro Submarino”, prototipo de un sumergible diseñado por el ingeniero danés Federico Blume y que pudo haber cambiado el curso de la historia. El capitán Ezequiel Otoya murió en 1882 durante la ocupación de Lima.
El autor y sus obras
Renzo Babilonia es fotógrafo de profesión, pero su interés en la historia de las imágenes y su uso como instrumentos para diseñar una identidad nacional lo han llevado a la investigación de archivos, manuscritos, hipótesis y testimonios. “La guerra de nuestra memoria. Crónica ilustrada de la Guerra del Pacífico (1879-1884)”, su primer libro.
Junto con los héroes reconocidos y los olvidados por la historia, Babilonia quiere rendir homenaje a otros personajes importantes en la preservación de nuestra memoria: aquellos que han cuidado el patrimonio histórico y hoy permiten su divulgación, como las familias Vizcardo Wiese y Wiese Otoya, propietarias de los manuscritos, y la señora Rochi Lasarte y el señor Rubén Mansilla.