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domingo, 27 de junio de 2010

Ernest Hemingway: Recibió el premio Nobel en 1954.

 Narrador estadounidense cuya obra, considerada ya clásica en la literatura del siglo XX, ha ejercido una notable influencia tanto por la sobriedad de su estilo como por los elementos trágicos y el retrato de una época que representa. Recibió el premio Nobel en 1954.
(Ernest Miller Hemingway; Oak Park, 1899 - Ketchum, 1961)                                     Nuestro Invitado
Ya se había iniciado en el periodismo cuando se alistó como voluntario en la Primera Guerra Mundial, como conductor de ambulancias, hasta que fue herido de gravedad. De vuelta a Estados Unidos retomó el periodismo hasta que se trasladó a París, donde alternó con las vanguardias y conoció a E. Pound, Pablo Picasso, J. Joyce y G. Stein, entre otros. Participó en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial como corresponsal, experiencias que luego incorporaría a sus relatos y novelas.

Él mismo declaró que su labor como periodista lo había influido incluso estéticamente, pues lo obligó a escribir frases directas, cortas y duras, excluyendo todo lo que no fuera significativo. Su propio periodismo, por otra parte, también influyó en el reportaje y las crónicas de los corresponsales futuros.
Entre sus primeros libros se encuentran Tres relatos y diez poemas (1923), En nuestro tiempo (1924) yHombres sin mujeres (1927), que incluye el antológico cuento "Los asesinos". Ya en este cuento es visible el estilo de narrar que lo haría famoso y maestro de varias generaciones. El relato se sustenta en diálogos cortos que van creando un suspense invisible, como si lo que sucediera estuviera oculto o velado por la realidad. El autor explicaba su técnica con el modelo del témpano de hielo, que oculta la mayor parte de su materia bajo el agua, dejando visible sólo una pequeña parte a la luz del día.
Otros cuentos de parecida factura también son antológicos, como "Un lugar limpio y bien iluminado", "La breve vida feliz de Francis Macomber", "Las nieves del Kilimanjaro", "Colinas como elefantes blancos", "Un gato bajo la lluvia" y muchos más. En algunas de sus mejores historias hay un vago elemento simbólico sobre el que gira el relato, como una metáfora que se desarrolla en el plano de la realidad.
La mayor parte de su obra plantea a un héroe enfrentado a la muerte y que cumple una suerte de código de honor; de ahí que sean matones, toreros, boxeadores, soldados, cazadores y otros seres sometidos a presión. Tal vez su obra debe ser comprendida como una especie de romanticismo moderno, que aúna el sentido del honor, la acción, el amor, el escepticismo y la nostalgia como sus vectores principales. Sus relatos inauguran un nuevo tipo de "realismo" que, aunque tiene sus raíces en el cuento norteamericano del siglo XIX, lo transforma hacia una cotidianidad dura y a la vez poética, que influiría en grandes narradores posteriores como R. Carver.

lunes, 21 de junio de 2010

En un día como hoy, hace 85 años, Lima se conectó a una radio

En 1925 miles de limeños oyeron la transmisión oficial de OAX en la Plaza de Armas y en la Plaza San Martín. La inauguración estuvo a cargo del presidente Leguía
elcomercio.pe Lunes 21 de junio de 2010 
Por Sulma Huaringa Payano
“Esta noche se estrena en el Excelsior el magnífico aparato receptor que le permitirá a Ud. oír la estación OAX cómodamente sentado en la butaca mientras se desarrolla el magnífico programa cómico”. De esta forma, hace 85 años, El Comercio anunciaba el nacimiento de la primera radioemisora peruana, denominada OAX, la cual más tarde llegaría a ser Radio Nacional del Perú.
Eran las 9 p.m. del 15 de junio de 1925, cuando tras acabar con la instalación de aparatos transmisores de radiotelefonía —en ese entonces denominada así la radiodifusión— la estación privada Lima OAX, propiedad de la Peruvian Broadcasting Company, inició sus programas de ensayo con la transmisión de piezas de música y recitales.
UNA RADIO LITERARIA
Las pruebas buscaban medir el nivel de alcance de las ondas sonoras, que se extendieron por cuatro días, y mejorar poco a poco su calidad y nitidez. Prueba de ello son las notas informativas que el diario El Comercio publicó en las páginas de la época para dar cuenta de los resultados obtenidos a través de receptores instalados en su sede central.
Cinco días después del inicio de los ensayos, la Peruvian Broadcasting Company, empresa creada en 1924, inauguró oficialmente la radioemisora OAX en el jirón Washington, en el Centro de Lima. La transmisión oficial se dio bajo los acordes del himno nacional. A las 11:30 a.m., la voz del entonces presidenteAugusto B. Leguía era escuchada por cientos de limeños apostados en la Plaza de Armas y en la Plaza San Martín, donde, la noche anterior, se instalaron estratégicamente numerosos receptores. Por la noche, los radioescuchas pudieron disfrutar de un programa literario, conducido por el poeta José Gálvez, con lo que quedó instaurada la programación de la OAX, la cual iba de 9 a 11 de la noche.
LA RADIO PASÓ A SER PROPIEDAD DEL ESTADO
No obstante, el entusiasmo no duró mucho tiempo. La venta de receptores, principal fuente de ingresos de la Peruvian Broadcasting Company, no logró el éxito esperado debido al alto precio de su comercialización.
Al año siguiente, la empresa hace pública su disolución y es transferida al Estado mediante resolución del 6 de setiembre de 1926, con la indicación oficial de transmitir mensajes gubernamentales e informaciones sobre actos de interés público.
Tras la caída de Leguía, la OAX quedó bajo la administración de la Compañía Nacional de Radiodifusión. Luego, en 1933, se cambia el nombre a Radio Nacional del Perú. En 1937, durante el gobierno de “Óscar R. Benavides”:http://es.wikipedia.org/wiki/Óscar_R._Benavides, se inaugura el nuevo local en la avenida Petit Thouars, bajo la administración del Estado.
EL DATO
El porqué de la OAX
La
denominación OAX obedecía al término adjudicado a cada país tras la realización de la Asamblea Radiotelegráfica, donde se dispuso que cada Estado contara con una determinada letra del alfabeto para diferenciarlo de los demás. Al Perú le concedieron la letra O; en tanto las otras dos, AX, que correspondían a las letras del alfabeto, fueron de libre elección de las autoridades correspondientes, a fin de dar una identidad propia a la estación radial.
INAUGURACIÓN
El Comercio lo informó así
Días previos a la inauguración de la OAX, Óscar Miró Quesada “Racso” explicaba la funcionalidad de la radiotelefonía en muchos países de Europa y EE.UU.: “Hoy vamos a comenzar a explicar a los lectores de El Comercio algunas de las propiedades de las ondas y cómo estas pueden servir para propagar movimientos”. (18 de junio de 1925).
El alto precio a los que se vendían los receptores de radio obligó a El Comercio a dedicar páginas enteras con manuales para construir receptores de cristal: “Radio. Cómo se puede construir con poco gasto un receptor a cristal”. (21 de junio de 1925).
Fuente: Archivo El Comercio
CRONOLOGÍA
1921
El Gobierno Peruano suscribe un contrato con la empresa Marconi’s Wireless Telegraph Company para administrar por 25 años los servicios de correo, telégrafos y radiotelefonía.
1924
Un grupo de empresarios crea la Peruvian Broadcasting Company para manejar el negocio de la radiodifusión telefónica en el Perú. La empresa adquiere derechos y concesiones de la Marconi Wireless.
1925
La OAX es inaugurada por el entonces presidente Augusto B. Leguía y empieza a emitir programación.
1926
Quiebra la Peruvian Broadcasting Company. El Estado adquiere los derechos y propiedades de la empresa, y entrega la administración a Marconi Wireless.
1931
La OAX es administrada por la Compañía Nacional de Radiodifusión. La Marconi protesta y entabla juicio al Estado exigiendo el cumplimiento del contrato con Leguía.
1935
La Marconi recupera la administración de las comunicaciones. La empresa entrega a cambio una moderna estación radial.
1937
Se inaugura el local nuevo y los equipos de Radio Nacional, la otrora OAX. Miguel Mc Nulty es presentado como gerente de la emisora.
1937
El entonces presidente Benavides promulga un reglamento de radiodifusión que admitía el otorgamiento de licencias a empresas privadas de radiodifusión comercial.
Fuente: Archivo El Comercio

martes, 8 de junio de 2010

Recital Poético de César Vallejo por Frederic Sotomayor Carranza

Acerca de Frederic Sotomayor Carranza
Frederic Sotomayor Carranza, nacido el 09-06-1951 en Huaraz, Ancash, se gradúo como Bachiller en Ciencias Sociales – Antropología de la Universidad Mayor de San Marcos. El es también egresado del Club de Teatro de Lima de la Escuela de Arte Dramático, egresado del Taller de Actuación de la profesora Elvira Pérez Alvela en el Centro Cultural Cocolido y egresado del Taller de Actuación del profesor Octavio Ramírez del Risco en la Asociación de Artistas Aficionados. Además, es participante activo en los talleres de actuación del grupo 4 tablas y del grupo Yuyachkani.

Actualmente, difunde la poesía de César Vallejo en el anfiteatro Chabuca Granda del Parque Kennedy, distrito de Miraflores, bajo los auspicios de la Municipalidad de Miraflores y la conducción del poeta y maestro universitario Eduardo Rada B. hace un año y diez meses, y en los cursos talleres de los Sábados a las 11:00 am en el Centro Cultural Ricardo Palma bajo la dirección de dicho maestro universitario, en varias fechas, a su solicitud. Durante el año 2009 Frederic propagó poesía vallejiana por las ondas radiales de Radio Unión en el Programa de la Señora María del Carmen Cordero en el aniversario del nacimiento y muerte de Vallejo. Finalmente, también expuso parte de la obra poética vallejiana en el Centro Cultural de Villa el Salvador ese mismo año

viernes, 4 de junio de 2010

Homenaje a un querido profesor

                                                                          
AUGUSTO EGÚSQUIZA VIDAL (Q.D.G.)
  
Julio R. Villanueva Sotomayor

Cuando salí de Pomabamba  a otros lares, no quise despedirme de Augusto Egúsquiza Vidal, así como de ninguno de mis compañeros de estudio y otros profesores del Colegio Nacional Monseñor Fidel Olivas Escudero. No asistí a la ceremonia de clausura, a pesar de que sabía que me iban a proclamar como primer alumno de la promoción. La tristeza me iba a invadir el alma, iba a roer mis entrañas. Preferí mantener los “ojos retenidos”, como los discípulos de Emaus (Lc 24,13-35), y que la procesión se aloje en la memoria para que el anda de mis felices recuerdos gobierne mi vida por mucho tiempo. Desde entonces, he tratado de vivir de las luces, despojándome de las sombras; oscuras e inoportunas diablillas que despojan la sonrisa a cualquier ser humano.

Una de las figuras del “lado de las luces” (dizque: Platón) que me ha acompañado permanentemente ha sido la del profesor Augusto Egúsquiza Vidal, quien, desde su primera clase de castellano, me impactó sobremanera y se convirtió en uno de mis paradigmas. Nunca provocó alboroto en la clase. Su talante y sus conocimientos fueron suficientes cartas de presentación para que la juventud de entonces lo respetara y lo siguiera con admiración.

Me acuerdo que el profesor Augusto siempre ingresaba por la puerta de nuestro salón con la sonrisa todavía a flor de labios, expresión final de una sonora carcajada por algún chiste que habían festejado, él, Aquilino Santos, Eberth Escudero, Renán Olea, Jacinto Cueva, Fernando Olea y otros contertulios a la hora del recreo, en la sala de profesores, y donde el profesor Augusto era uno de los animadores, como el más bromista y toma pelo. ¿Qué alumna o alumno no iba a contagiarse con la alegría con que el profesor se presentaba a clase? Amén de su alto talle, su porte de gentleman, buenmozo, impecablemente vestido, casi siempre con corte inglés: saco de dos botones y de color marrón recuadrado sobre fondo claro, pantalón marrón, calzados marrones, camisa blanca y corbata roja.

- ¡Mira! Hoy se ha puesto un terno azul y se ve más guapo todavía… 
- ¡Claro!, hija, va a dar su discurso por el Día de la Madre en la Plaza de Armas.

El discurso fue emocionante, como los de las siguientes ocasiones, porque otra faceta del profesor Augusto fue su admirable oratoria. Rompió con todas las reglas de la clásica oratoria pomabambina. Como recurso literario, dio mayor belleza a sus ideas o conceptos recurriendo al uso de una media docena de palabras  nuevas. El oyente, alumno y/o padre de familia, se veía obligado a terminar de descifrar lo que había querido decir el profesor consultando el diccionario, muchos minutos o muchas horas más tarde. Puedo afirmar que, casi como en sus clases de castellano, el profesor Augusto, nos obligó a enriquecer nuestro vocabulario y a reflexionar sobre sus ideas durante y en las horas siguientes de sus discursos. 
Para iniciar su alocución, muy propio de él, era pararse frente al público –plaza, proscenio o balcón del colegio- con el pie derecho adelante. Daba una mirada al sitio donde estaban los profesores; luego, al lugar de los invitados; … al de los alumnos. Acto seguido, miraba al frente: serio, circunspecto; doblaba sus brazos adelante, contemplaba las uñas de sus manos por unos segundos y antes de levantar la cara, con voz tímida, decía: “Señoras, señoritas, señores, alumnos todos…”. A continuación, con voz más fuerte, la cabeza erguida, modulando las palabras y adornándolas  con brazos y manos, en un juego de gestos y mímicas bien estudiados, iba cautivando al auditorio. Muchos de nosotros estábamos con lapicero en mano para captar la nueva palabra o la idea significativa, mientras otros aguzaban la mente para memorizarlas. Las frases finales eran recompensadas por nutridos aplausos y por un murmullo general que empezaba a descifrar las “palabras difíciles” o ya se afanaba en la búsqueda de aquél que sabía su significado. Generalmente, esa búsqueda se prolongaba hasta la casa, a las páginas del diccionario, y el aplauso dentro de nosotros hacía el orador se consolidaba porque la alegría nos invadía el alma por haber descubierto una o unas nuevas palabras. ¡Por fin, el mensaje estaba completado!

En las clases de literatura, el profesor Augusto nos embelesaba haciéndonos escuchar, con voz suave, nítida y ondulada: poesías, cuentos y fragmentos de novelas. Para empezar a entender lo leído, lo primero que hacía era que descubramos las “nuevas palabras” y “su significado”. De esa manera enlazaba el arte de las letras, que es la manera de expresar algo de manera bella, entre sus discursos y lo que habían escrito otros. Poco a poco nos familiarizamos con el “mata burro” y me acuerdo que cuando estábamos en primero de secundaria uno que otro tenía el bendito diccionario, pero en quinto año todos teníamos uno; y uno que otro: dos o tres.

Con él nació la afición al buen decir, a leer lo difícil y entenderlo, a hablarnos bien para comunicarnos bien y, de paso, a estimular nuestra afición por la literatura. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, a Gustavo Adolfo Bécquer? El profesor Augusto nos indujo a leerlo desde el momento que  recitó: “Volverán las oscuras golondrinas” y cuyas primeras estrofas dicen:
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala  a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquéllas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestro nombre..
Ésas… ¡no volverán!

Para la época juvenil y en esos tiempos, el romanticismo de Bécquer nos cayó a pelo y entre los integrantes de la promoción nos quitábamos un libro de pasta roja que apareció por ahí y que recopilaba sus poesías, las que se convirtieron en el laúd de la musa de nuestros sueños.

Cuando una vez me tocó actuar en unas efemérides de la conquista española, le dije: “Profesor, no quiero alabar a los conquistadores y no sé todavía porqué Atahualpa cayó tan fácilmente en la trampa que le hizo Pizarro, ¿qué poesía me recomienda?”. El profesor Augusto esgrimió una sonrisa y me respondió: “Entonces, recita la poesía `Los caballos de los conquistadores´, de José Santos Chocano, pero solo las primeras cuatro estrofas”. Así lo hice y aquí las transcribo:
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
Sus pescuezos eran finos y sus ancas
relucientes y sus cascos musicales...
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!
¡No! No han sido los guerreros solamente,
de corazas y penachos y tizonas y estandartes,
los que hicieron la conquista
de las selvas y los Andes:
Los caballos andaluces, cuyos nervios
tienen chispas de la raza voladora de los árabes,
estamparon sus gloriosas herraduras
en los secos pedregales,
en los húmedos pantanos,
en los ríos resonantes,
en las nieves silenciosas,
en las pampas, en las sierras, en los bosques y en los valles.

Luego, llegué a descubrir que esta poesía tenía más del doble de estrofas y que Chocano era uno de los poetas de América más prolijos, con poesías que pasaban las sesenta estrofas. ¡Qué tal capacidad de creatividad! ¡Un verdadero artista de la palabra!

Una vez lloré cuando una compañera, gran actriz, recitó otro poema de Chocano: “Nostalgia”, que empieza así:

Hace diez años
que recorro el mundo
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

En otra ocasión, nos llenamos de patriotismo cuando el profesor Augusto, con voz trémula, recitó en clase la poesía de Alejandro Romualdo: “Canto coral a Túpac Amaru, que es libertad”, que empieza así:
Lo harán volar
con dinamita. En masa,
lo cargarán, lo arrastrarán. A golpes
le llenarán de pólvora la boca.
Lo volarán:
¡y no podrán matarlo!
Desde entonces, Alejandro Romualdo y su “Canto coral…” se convirtieron en nuestro pasatiempo académico e hicimos un concurso para saber quién lo recitaba mejor y nos represente en la siguiente Semana Patriótica, cuya organización nos tocaba. Me acuerdo que  nos ganaron las mujeres, una de las cuales la recitó en plaza pública y fue muy aplaudida.

César Vallejo fue un poeta muy difícil para nuestra pobre mente. El profesor Augusto nos dio las primeras rutas para entenderlo y cuando le inquirimos el porqué de ese enredo, nos dijo:

- No se preocupen. Poco a poco y después de varias lecturas se van a enamorar de Vallejo. Él mismo, cuando un estudiante le dijo: `Maestro, no entiendo este verso´, le contestó: `Yo, tampoco´. Pero fue un genio y su maestría en el manejo de la prosa irá agrandándose con el tiempo”. Dicho y hecho, ahora, el mundo lo reconoce como uno de los mejores poetas y sus versos cautivan a tirios y troyanos, empezando por éste que se lo dedicó a la “dulce Rita”:
Qué estará haciendo a esta hora mi amada y dulce Rita,
de junco y capulí,
ahora que me asfixia Bizancio, y que dormita
la sangre, como flojo cognac, dentro de mí.

En lo que a mí respecta, los versos de Vallejo me impactan cada vez más. Con un increíble lenguaje, se presenta como el  Vallejo rebelde, desafiante, el Vallejo místico, sufriente. Con ironía, dice que más grande que su propio sufrimiento es el sufrimiento de Dios por la humanidad. “Yo, te consagró Dios”, le dice. Reconoce que el amor más puro es el “Amor del Niño Jesús”.

La figura de Augusto Egúsquiza Vidal, para mí, sigue enhiesta, pervive como una imagen permanente. Quiero conservarlo así, la del Augusto de mis días juveniles; tal cual fue, con todo su esplendor.

Mi mejor deseo es que, como homenaje a su memoria, en los corazones de todos sus alumnos florezca la “rosa blanca”, aquella del cariño, respeto y amistad que tuvimos con el profesor Augusto Egúsquiza Vidal, y podamos seguir diciendo, como José Martí: Cultivo una rosa blanca/ En Junio como en Enero,/Para el amigo sincero,/Que me da su mano franca.

- Perdóneme profesor Augusto, pero, así como no quise despedirme de usted cuando me vine a Lima tampoco he querido hacerlo en el momento de su partida final, porque me iba a poner más triste de lo que estoy y no quiero que se marchite mi “rosa blanca”. 
Lima, 26 de abril de 2010 
Julio R. Villanueva Sotomayor 

jueves, 3 de junio de 2010

Terpsicore estrena nueva producción Lágrimas de Pastoruri

Gira alrededor de un tema relevante como es el cambio climático y sus efectos. Para ello, utilizan como argumento base el nevado de Pastoruri (“pasto adentro”, en quechua) y su estado actual.  
    Tepsicore Foto: ANDINA/Rocío Farfán

  • Tepsicore Foto: ANDINA/Rocío Farfán

  • Lima, jun. 03 (ANDINA). Terpsícore, en la mitología griega, es “la que deleita en la danza”. También es una agrupación peruana con más de 25 años de trabajo en docencia, difusión y producción de esta disciplina. Esta noche, Terpsícore estrena su nueva producción, Lágrimas de Pastoruri, en el Icpna de Miraflores.

    La obra es dirigida por el coreógrafo costarricense Rogelio López, invitado por la agrupación. Lili Zeni, directora de Terpsícore y también bailarina en la obra, nos cuenta que “siempre trabajamos con proyectos, es nuestro sexto montaje, varios de ellos con directores extranjeros invitados. La idea la tenemos en el tintero con Rogelio López hace dos años”.


    Han trabajado a lo largo de un mes en esta puesta en escena que integra diferentes lenguajes: música, danza, fotografía y videos de Mariana Morán hechos específicamente para la obra. 

    Gira alrededor de un tema relevante como es el cambio climático y sus efectos. Para ello, utilizan como argumento base el nevado de Pastoruri (“pasto adentro”, en quechua) y su estado actual.


    Cambios para el cambio
    Lágrimas de Pastoruri discurre como una serie de escenas planteadas como cuadros, donde se recrea la agonía de la naturaleza, pero a la vez deja abierta la posibilidad de una salida en manos del propio ser humano.
    “Es una realidad de cambio, una idea a partir del cambio climático. Se habla de cómo puede ser Pastoruri sin la nieve, sin la Madre Tierra”, afirma Zeni, también vicepresidenta del Consejo Nacional de Danza del Perú.

    Zeni explica también que no obstante la temática aparentemente ecológica, la obra busca una visión aún más global, más amplia: “Queremos presentar lo que son los grandes cambios y cómo vamos adaptándonos a ellos”. Por ejemplo, sobre las lágrimas del nevado andino, dice la directora: “Se refiere al dolor de cambiar, así nomás no se aceptan los cambios.”

    Esta obra representará al Perú en el 22° Festival Internacional de Lima Danza Nueva, organizado por el Icpna, que continuará hasta el 3 de julio con otras cuatro agrupaciones extranjeras. Imperdible.


    Datos
    Terpsícore Proyectos comenzó como grupo en 1984. Promueve seminarios, talleres, cursos libres y encuentros de coreógrafos. También organiza funciones e incentiva la participación de elencos peruanos en espectáculos y festivales.


    Algunas de sus producciones son: Proyecto Equis Ecuación que no se resuelve, Signos vitales, Irrevocable y MOR.
    Las funciones de su obra Lágrimas de Pastoruri se realizarán este jueves, viernes y sábado a las 19:30 en el Icpna de Miraflores (avenida Angamos Oeste 120). Entradas en la boletería. Jueves: S/. 20 y 40, viernes y sábado: S/. 40.
    En el festival internacional organizado por el Icpna se presentarán las siguientes semanas los grupos Thomas Noone Dance (España), la Compañía Nacional de Danza (Costa Rica), Sensedance (Estados Unidos) y Tercero Excluido (Colombia).


    Este programa será complementado con clases maestras que se realizarán todos los sábados a las 11:00 horas. Son gratuitas, basta inscribirse en el teléfono 706-7001 anexo 9126.
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